Si se me permite una metáfora, diría que estos cables, fusibles e interruptores son el sistema que permite la vida en decenas de hogares, tal y como la sangre viaja por arterias que llevan el oxígeno por todo el organismo.
Sangre y electricidad que viajan en un intrincado y precario equilibrio que depende de pequeños filamentos para hacer posible la vida, en nosotros, en el hogar.
Y pocas veces nos metemos a ver su estado físico, tal vez porque sabemos que uno y otro, son una ruina que en cualquier momento saltarán chispas y nos dejarán en tinieblas.
(Foto tomada en la vecindad ubicada en el 23 de Santa María la Ribera, San Cosme, el 23 de diciembre de 2010).
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