En la calle Santa María la Ribera hay una vecindad donde no existe un buzón para la correspondencia. El cartero y los repartidores de propaganda dejan los sobres a su suerte, sobre una caja de metal que alguna vez protegió instalaciones eléctricas.
Arrumbadas por montón se hallan la publicidad de productos de belleza, las ofertas del supermercado y las cuentas por pagar.
De vez en cuando alguien las revisa, cuando ha notado o presentido que puede haber algo nuevo. Toma lo suyo, si lo hay, y deja el resto, acumulándose con el resto de los otros.
(Foto tomada en el número 23 de Santa María la Ribera, San Cosme, el 23 de diciembre de 2010).
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