Cada instante de nuestras vidas tomamos decisiones. No siempre la más correcta. Corregimos. Intentamos encontrar entonces el camino que nos hará felices. El aprendizaje y la maduración del carácter vienen acompañados de esas rutas que transitamos y de las que no hay porqué arrepentirse. Después de todo, es a veces la mejor forma de saber lo que deseamos.
Fue el caso de David Cerón, quien inició sus estudios en arquitectura y le tomó dos años darse cuenta que su felicidad no estaba en esa ruta. Corrigió. Ahora es alumno de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, en Xochimilco, y los fines de semana recupera la memoria sobre algún artista para goce y conocimiento de los viandantes del Centro Histórico.
Una tarde de enero revivió "El Encuentro de dos mundos", obra de Jorge González Camarena, hermano del creador de la televisión a colores y artista de alta calidad en su obra mural pero poco conocido. Le tomó 70 horas realizarla. Cada día volvía a la explanada del Museo Nacional de Arte para corregir las imperfecciones provocadas por el tiempo y recabar algunas monedas para ayudarse a emprender ahora su nueva ruta en la pintura, una vez que se dio cuenta de que su felicidad estaba en otro sendero.
(Fotografía tomada con celular, en la explana del Museo Nacional de Arte, MUNAL, en la calle Tacuba #8, col. Centro, el 24 de enero de 2011).