Frente a la estación del Metrobús "El Caminero", al sur de la ciudad, se encuentra una base de taxis. No hay infraestructura apropiada para ese sitio de taxis, como casi ninguno otro lo tiene en la capital. Aprovechan una bahía de estacionamiento para estacionarse y esperar a sus clientes. La oficina para despachar el pasaje consta de un viejo mueble de madera, una lona para cubrir el lugar del frío, viento y lluvia y un altar. La imagen de la Virgen de Guadalupe destaca en todo este conjunto de improvisaciones, y es tal vez el elemento que más cuidados recibe de la despachadora y los choferes. Así es este pueblo, devoto hasta en sus irregularidades.
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