El cuerpo es el vehículo temporal que nos permite transitar por esta vida material, y sus sistemas, conformados por órganos resultantes de intricadas conexiones celulares, nos conectan con el mundo en un diálogo constante. Recibimos al tiempo que comunicamos. Ininterrumpidamente nuestro cuerpo manda señales de lo que nos ocurre al interior, de la sangre que corre por las venas. No hacen falta palabras para revelarlos cómo somos.
Si tan solo quisiéramos observar más allá de lo que queremos ver, nos percataríamos de que muchas veces no vivimos engañados por lo que nos dicen, sino porque queremos creer, muy a pesar de que la verdad se nos revelaba en cada centímetro de la piel.
(Foto tomada el 13 de abril de 2011 en el Metro)
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